Las brujas lejanas gritan nombres inpronunciables, la cabeza pesa como un martillo, el hambre hacia lo desconocido me gobierna pero ahora me deja huérfano de sueños.
Mi corazón no oigo latir, pues aunque sé que existe para mi es como si hace tiempo se hubiera desvanecido. Resposabilidades que ahora sé que són en vano, pero que las tengo que aceptar para no ahogarme en la desesperación.
Busco el sentido de todo lo que me rodea, una verdad profunda que por fín me de el poder y la fuerza para seguir adelante, que por fín permita que la magia que sé y estoy convencido mora en mi interior apresada, se desate y pueda sentirme libre, por fín libre.
Como el dulce olor del incienso que poco a poco desaparece y se diluye con el tiempo, así siento como van pasando los años. Y ahora se ha consumido.
Pocos años atrás me despojé del yugo que me apresaba y por primera vez respiré profundamente los vientos eternos del misterio y de lo desconocido, hasta que otras cuerdas con otros nombres, ligadas a otras historias y leyendas, me volvieron a apresar con mucho más peligro. Creyendo ser libre, he estado andando por rincones vacíos de sentimientos y de sueños, sin ilusión, dando tumbos sobre la calma terrible de la monotonía.
De cada vez menos me adentro en aquellos mundos brillantes y obscuros, espirituales y letales, dentro de los cuales antaño nadaba sin miedo, buscando sin tregua, con una leve sonrisa y el leve resplandor de una lágrima que jamás se atrevía a caer resbalando por mi mejilla.
Pero qué soy ahora? me he refugiado en mis abismos, y allí he creado una fortaleza de la cual su propio creador es incapaz de escapar.
Oh sirenas, hadas, princesas y doncellas...¿Por qué ahora soy incapaz de otorgaros mi corazón? Y es que el único preciado tesoro que aún hacía brillar levemente mi alma, ahora está vacío. Y no es otra cosa que el amor. Ya sólo quiero tumbarme en cualquier sitio para descansar, esperando que venga mi hora y desaparecer, pues solamente soy un alma en pena, un fantasma olvidado y errante. Nada es sagrado ya para mi, nada me hace revivir.
Saturday, October 13, 2007
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