El arrullar de los pájaros
van despidiendo el día
la fragancia se desparrama
desde el lado luminoso del rojo atardecer
fragancia de jazmín en un bosque muerto
y vivo a la vez.
La serenidad vuela alto entre las ramas
me sumerjo en los valles
camino sobre los ríos en lo más profundo
del renacer del alma.
Con un nenúfar de sombrero
descalzo recojo muérdago entre susurros
que invitan a la noche eterna.
Las raíces no existen
todo está ligado con misterio
o sin él
Canto con alegría y recuerdo
el lado amable de mi imaginación
lo evoco y aparece ante mis ojos
Besaré a esa doncella y luego
nos amaremos bajo la alegre lluvia.
Por tí mataría a quien fuera
por tener ese arrojo mitológico
que necesita el amor
en su sagrada expresión
Al alba tus cabellos són madreselvas
en las que me sumerjo con lentitud
tu sexo es la fruta que me deja sediento
de nuevas batallas por librar
por tí, soy infame caballero.
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