Hola. Ya que este blog no lo lee casi ni Dios (saludos Telchar!) me tomo mis grandes licencias para cambiar de temas y saltar de un lado a otro sin ton ni son. Aunque si tuviera más lectores seguramente seguiría escribiendo igual.
Esta tarde he estado leyendo entrevistas a J.J. Benitez que, por los que no lo conocéis y tenéis esa suerte, es un "investigador" de lo paranormal y "depositario absoluto" de todos los misterios de la humanidad que hay y hay por haber. Es, entre otras 42 novelas, escritor de la saga Caballo de Troya, que se dedica sencillamente a decir que Jesús era extraterrestre mediante una serie de investigaciones. Como no lo he leido no entraré a valorarlo, pero lo que sí voy a entrar a valorar es el contenido de las entrevistas. En una de ellas nos habla de los sueños que ha tenido. En uno de ellos nuestro Juanjo comentaba que soñó que hablaba con Dios a 33.000 pies de altura...si...esos sueños tan típicos que solemos tener todos, soñar que un viejo con barba blanca nos habla encima de una nube, recostado de lado al más puro estilo romano con su copa de vino especiado en la mano derecha y la mano izquierda apoyando la cabeza. A partir de ese gran sueño...¡Escribió un libro! ¿Os imaginais cuantos libros podríamos escribir a partir de sueños paranoicos?
Recuerdo haber tenido, el mes pasado, el sueño más raro que he tenido en mi vida, y el más angustiante, quizá producto de mi mente angustiada y cercenada por muchos factores externos (aún sigue así mi pobre mente). Soñé que mi vida era un sueño irreal en la que iba saltando de cuerpo en cuerpo sin nunca dejar de ser el mismo. Veía gente conocida pero sabía que aquello no era lo que esperaba, era como otra dimensión. Pero eso es lo de menos. Lo que más me jodió fue la sensación que tuve durante esos "saltos". Todo el tiempo era consciente que aquello no era la realidad, sinó otro plano u otra realidad, y que estaba condenado a vivir así, en un inmenso sueño o en otros planos ajenos a la realidad en la que había vivido siempre. Tuve la sensación que habían pasado años, y que no volvería jamás a ver a mis padres ni a mi gente. Se me hizo un nudo en el estómago y empecé a desear con todas mis fuerzas en volver a mi Realidad, sin éxito. No despertaba. Empecé a asustarme de veras y ya creía que jamás volvería y que estaría condenado a vagar por aquel sueño, y que además ya habían pasado 6 o 7 años desde que había viajado a ese otro plano o lo que fuera hasta que, en un esfuerzo brutal, en una batalla que libré con mi mente, conseguí abrir un agujero y ese agujero me engulló, tragándome y dando vueltas en espiral hacia dentro. Y desperté.
Seguramente no es nada más que algo psicológico, de querer vivir ajeno a mi realidad, pero aún así me hacen preguntarme muchas cosas. ¿Existen realmente otros planos de existencia aparte del nuestro? Científicamente está ya comprobado que es posible la existencia de otros universos en qué las leyes que lo rigen sean totalmente distintos al nuestro, no sería tan descabellado. Pero...es posible viajar a ellos durante unos instantes a través de los sueños? Me gusta dudar de todo y no descartar nada, así que lo dejo con un enorme interrogante. Eso sí, mi sensación en aquel momento, si debo guiarme a través de sensaciones, fue de gran alivio por haber vuelto a mi "mundo", fue como si algo tirara de mí y cayera de nuevo en mi cuerpo, como si mi alma se hubiera despegado durante muchísimo tiempo. ¿Fue un viaje astral? No lo creo, pero prefiero dudarlo. ¿Por qué me pareció que dentro del sueño habían pasado años? Cómo podemos medir el tiempo dentro de los sueños? El tiempo es relativo, ya lo decía Einstein y el tiempo le ha dado la razón. Entonces...¿Sería descabellado pensar que dentro de un sueño puedes estar el equivalente a un año y luego despertarte y ver que en el mundo consciente solo han pasado 8 horas? No lo sé, no sé nada, pero algo extraño me sucedió y, aún así, no escribiré una novela.
Tuesday, March 25, 2008
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1 comment:
Hola Haldir!!! :-D. Sobre J.J. Benítez mejor no hablar, se le ha ido la olla o hace que se la ido la olla y va en plan mesías de una fuerza superior.
No negaré que en mis años mozos era uno de mis ídolos, pero cuando uno se mete de verdad en éstos temas con los pies en el suelo, caen muchas ideas preconcebidas y una es la de los ídolos. Aunque sus novelas están muy bien, no dejan de ser novelas, aunque a veces hayan bebido de supuestos libros que han sido inspirados por seres superiores. Sus trabajos de "investigación" son otra cosa y dejan mucho que desear, aparte de que son un autobombo de su mesianismo.
La experiencia que comentas es curiosa, pero en principio no veo nada anormal en ella. Aún así, tenlo presente si se vuelve a repetir y me dices cosas en tal caso.
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